Pedasí es un pueblo a medio desarrollar que promete.
Organizado en una cuadrícula con calles llenas de casitas bajas, parece un
lugar muy tranquilo. Hay un par de restaurantes y una cafetería algo más
modernos, el resto son los minisupers y las refresquerías locales que hemos ido
viendo en otros pueblos panameños. Decimos que parece que esté a medias porque
para la cantidad de visitantes que debe de recibir en verano, vemos pocos
servicios. Eso sí, proyectos
residenciales del más alto nivel empiezan a tomar forma. Que no falten. Ojalá que no acaben con el
encanto de este lugar retirado al que uno viene a pasar una noche de camino a
playa Venao, pero donde podría quedarse perfectamente unas semanas.
Playa Venao, igual que Santa Catalina, es un punto
importante en Centroamérica para practicar surf, pero cuando llegamos al
alojamiento vemos que la previsión de olas para los próximos días es escasa,
así que tenemos que buscar alternativas.
Una tabla de surf siempre es útil, aunque sea para hacer el mono. |
Uno de los cambios que empezamos a notar en lo poco que
llevamos de aventura es que nos estamos volviendo más positivos, intentamos ver
siempre el lado bueno de las cosas. Y es que si fuera de otro modo, habría días
que no saldríamos de la cama, por el clima, por ejemplo, y en un viaje de este tipo uno no se lo puede
permitir. ¡Porque tenemos mucha suerte de poder estar haciendo algo así y
porque hay demasiado que ver!
Así que eso hacemos. La clase con Loli es en una cabaña
frente al mar. ¡Menudo lujazo! Tras una hora abriendo coxis, estirando piernas,
limpiando pulmones y girando el tronco, vamos a andar un rato por la playa.
Lástima que sólo estemos de paso, hacer algo así a diario tiene que ser tan
bueno...
Pero nos queda poco más de una semana en Panamá y queremos ir a la
capital y a San Blas. Os avanzamos que San Blas es EL paraíso, que en el
paraíso también diluvia y que nos costó bastante adaptarnos a él.