Perú no entraba en nuestros planes. Teníamos pensado volar desde Panamá directamente a Buenos Aires, pero el avión era muy caro y resultaba más barato ir a Lima y de Lima a Argentina. Y ya que íbamos a poner los pies en Perú, ¿por qué no ir a Machu Picchu? Varias personas nos habían comentado que en Perú hay mucho que ver, y es cierto.
Por eso los cuatro o cinco días que pensábamos pasar en dicho país se convirtieron en casi un mes.
Aterrizamos en Lima y pasamos un par de días bastante divertidos en esta ciudad. Vimos la plaza de armas, el cambio de guardia y callejeamos bastante por la zona antigua, incluso vimos cómo vendían cerdos abiertos y sin tripas en el barrio chino (¡!). Y nos lo pasamos como niños en el parque de las aguas. Lástima que la fuente más espectacular estuviera rota…
Ay, ya os echaba de menos!
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