Y no nos extraña que así sea. Los templos son preciosos, están muy bien conservados y se pueden recorrer fácilmente en moto o en bici porque las distancias son muy cortas. Además, están anclados en una zona ajardinada con muchos árboles, sombras y casetas para descansar.
Aparte de visitar estas ruinas, poco más hicimos en Sukothai. Como siempre, catar la cerveza del país y disfrutar de los mercados nocturnos.
Seguimos avanzando hacia Ayutthaya y ocurrió algo parecido, que la ciudad en sí no tenía demasiado, por eso “nos limitamos” a ver los templos. En este caso, sin embargo, no se encontraban en tan buen estado y estaban todos desparramados por la ciudad.
Como a estas alturas del viaje, nos parece que visto un templo vistos todos, decidimos de antemano qué ruinas nos interesaba ver en lugar de pulular con la bici por todo Ayutthaya. Así nos evitamos un buen ratazo de calor y pedalear con la multitud entre coches, furgonetas y tuk-tuks. Nos perdimos en un par de ocasiones, pero estamos ya taaan acostumbrados…
¿Nuestro siguiente destino? Singapur. Nos subimos entusiasmados al avión, pues dos horas y media después estaríamos de camino a nuestra primera experiencia Couchsurfing :))))
No hay comentarios:
Publicar un comentario