Hace tiempo que sabemos la fecha de salida, tenemos la ruta pensada y el tiempo que queremos dedicarle: un año. Nos parece que es un período suficientemente corto como para poder desconectar del mundo sin volvernos locos y suficientemente largo como para poder disfrutar sin prisas de los lugares que queremos visitar.
Sabemos que la ruta es muy ambiciosa y que probablemente no podremos ver todos países, pero, por el momento, los «elegidos» son:
México
Costa Rica
Panamá
Argentina
Chile
Nueva Zelanda (¡Yupiiiii!)
Australia
Indonesia
Tailandia
Laos
Camboya
Vietnam
Filipinas
Japón (¡Sí, por favor!)
Nepal
Planear y desplanear lo planeado. Ahí reside gran parte de la gracia de este viaje. Si no nos gusta un sitio, podemos irnos; si nos gusta mucho, pues nos quedamos (siempre que no haya problemas con el visado, no queremos acabar en ningún zulo oscuro y mugriento a 20.000 km de casa).
Fuera rumbo y expectativas. Bienvenida, libertad de movimiento. (¡Al líooooo!).
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